Enseñé la polla a mi tía Sofi, ella no quería
Si mis padres lo supieran pensarían que no fue buena idea dejar a mi tía Sofi de niñera, a pesar de que ya tengo 18 años y puedo valerme solito. La cuestión es que mi tía me pone muy cachondo. No nos llevamos tantos años, pero claro, no deja de ser de la familia. Siempre que estoy cerca de ella no puedo dejar de mirarla e imaginarme follando con ella, desnudándola y metiéndosela hasta correrme en su interior mientras ella grita y gime como una zorra.
Pero hasta ese día no tuve el valor de llegar más lejos. Con mi cámara en mano le dije que simplemente quería tener un vídeo familiar, por lo que fui siguiéndola por toda la casa. Al principio estaba mosqueada conmigo, pero pronto me dejó tranquilo y yo seguí grabando. La sorpresa fue cuando me acerqué al baño y la ví bajo la ducha hablando con su novio por teléfono y tocándose el coño. Esa imagen me hizo darme cuenta de que podía follármela, solo tenía que montármelo bien. Pero de momento me iba a pajear mirándola. Cuando estaba a punto de correrme la zorra me pilló y me echó del baño muy enfadada. Joder, parecía que las pelotas me fueran a explotar.
Más tarde fue a mi habitación como para explicármelo todo, pero justo ahí y por sorpresa fue cuando conseguí lo que quería. Si, me follé a mi tía Sofi y fue sin duda la mejor experiencia de mi vida. No me corrí dentro por miedo a preñarla, pero si le eché todo el semen en sus tetas.