Su hijo estaba dormido, pero aun así se lo folló
La vieja no pudo resistirse. En cuanto vio a su hijo dormido a su lado comenzó a tocarlo suavemente, evitando así que se despertara. Pero al meter la mano por debajo de sus pantalones vio que su polla estaba dura como una piedra, así que comenzó a menearla. Fue entonces cuando el chico abrió los ojos y allí vio a la tetona de su madre pajeando su verga. No tardó mucho en quitarse los pantalones, aquello le daba demasiado morbo… tenía que follársela. Le hizo ver que una paja no era precisamente lo que un chico joven como él necesitaba, y su madre lo entendió sin palabras. Es lo que tienen las madres, que siempre comprenden las necesidades de sus hijos.
Al poco ya estaba cabalgando encima de su polla la muy cerda hasta que le sacó todo el semen al muchacho.