mi madre y yo nos mirabamos mientras lo haciamos
Follar con una madre es como si de repente tuvieras enfrente a un ser extraterrestre, los dos os miraríais fijamente y tocaríais vuestros cuerpos atónitos no sin recelo, sin embargo, algo en vuestro interior os empujaría a seguir haciéndolo por una gran curiosidad o por una simple cuestión de morbo. Algo parecido le pasó a la siguiente pareja y es que la madre pilló a su hijo tocándose como un energúmeno mientras olía una de sus bragas, recriminándole el sucio acto con dureza. Cuando se calmó un poco e intentó ponerse en el papel de un veinteañero salido y con la testosterona por las nubes, lo consoló con palabras suaves y acariciándolo intentando quitarle hierro al asunto, pero lo único que consiguió fue excitarlo más hasta que entre beso y beso terminaron retozando en la cama como una pareja de recién casados, poniéndose ella y afortunadamente para él a la altura de un chico de 20 años.