Tu padre es mi marido, ¿te enteras?
Su madrastra ya no aguantaba más las insinuaciones de ese insolente chico y los tocamientos a los que era sometida a diario. Había pensado hablar seriamente con el padre del chico y explicarle la situación, pero antes de eso sucedió algo. Y es que esa adorable madurita rubia se puso cachonda. Su coño se empezó a humedecer y poco a poco empezó a ver al jovencito de otra forma.
Total, ella se había casado con su padre por el dinero, pero era un viejo verde por el cual no sentía ningún tipo de atracción física. Su hijo sin embargo era joven y vigoroso, tal vez podría suplir las carencias de ese viejo.
Al poco se agachó y comenzó a comerle la polla ante la cara de asombro del jovencito. Poco después acabaron follando allí mismo y su cara quedó totalmente cubierta de semen.