tocando a la abuela por encima de las braguitas

Tan solo fui a casa de mi abuela para explicarle mi nuevo proyecto laboral, ella es una mujer mayor y siempre me ha aconsejado con sabiduría para que todo me salga bien. Ésta vez no me dio tiempo prácticamente ni de empezar porque a los dos minutos la muy puta estaba tocándose las tetas, menudo calentón llevaba la vieja. Yo soy de los que piensa que primero es el placer y luego el deber, por tanto, dejé para otro día lo que tenía pensado y me centré exclusivamente en darle placer a la anciana.